Un día con un Caballero
Esta actitud en las personas es lo que hace falta, tanto en hombres como en mujeres. Todos los días deberíamos de ser educados y considerados con las personas a nuestro alrededor. Conocidas o no conocidas, todos lo merecemos.
Las personas ven con extrañeza al actor que les dice “buenas tardes”, y no al motorista que se sube a la banqueta y va en contra de la vía.
Por Cristian Dávila
Prensa Libre
El sol regresó luego de un aguacero. Eran las 15 horas, y Edgar Navarro, a pedido de esta sección, se vistió con un frac negro, tomó su sombrilla y salió por las calles del Centro Histórico para llevar un mensaje positivo a las personas que encontraba en su camino.
“¿Te vas a casar?”, preguntó con asombro un peatón cuando este actor lo saludó. Como muchos, se extrañó cuando vio que alguien vestido con elegancia le decía: ¡Buenas tardes!
Fuera de lo cotidiano
Las burlas, risas, comentarios, miradas desconfiadas y actitudes esquivas no se hicieron esperar. La rutina y el estilo de vida moderno han propiciado que a los individuos les parezca extraño que alguien los salude sin ningún motivo oculto. Es probable que sea difícil creer que alguien solo quiere ser amable, pese a lucir con total elegancia.
Mensajes positivos
Después de haber caminado varias cuadras de la zona 1, Edgar se detuvo en una esquina y repartió tarjetas con mensajes positivos a quienes pasaban a su lado.
“Todo día es especial para una buena acción”, “decir ‘buenos días’ y ‘buenas noches’ no le quita más de dos segundos”, “¿cuántas veces ha dicho ‘por favor’ hoy?”, fueron algunos de los mensajes.
Las reacciones fueron diversas: algunos prefirieron cruzar apresuradamente la calle, para no pasar cerca de nuestro caballero; otros tomaban el papel y no le daban importancia; sin embargo, algunos se detenían a leer con atención lo que les acababan de entregar y le sonreían.
Antes de que terminara este experimento —acerca de los buenos modales y la elegancia de antes—, se ayudó a un adulto mayor a cruzar la calle. Aunque para la mayoría de las personas, esa acción no marca gran diferencia, fue el motivo de una sonrisa en la señora, que agradeció el gesto.
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